¿Es el ‘cuándo comemos’ tan importante como el ‘qué comemos’?

30 agosto 2016

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Este es el titular de un artículo publicado recientemente en el que se investiga sobre los efectos de los patrones alimenticios en la salud.Los estudios disponibles sugieren que comer irregularmente está relacionado con un riesgo mayor de padecer síndrome metabólico (alta presión arterial, diabetes tipo 2 y obesidad).

Nuestro estilo de vida actual se ha vuelto más exigente e irregular. Los patrones de alimentación han cambiado mucho en las décadas pasadas: nos saltamos más comidas, comemos fuera de casa, sobre la marcha, muy tarde y más irregularmente. Dos estudios publicados en Proceedings of the Nutrition Society exploran las implicaciones que tiene en la salud los diferentes hábitos alimenticios, revisando las pruebas de un buen número de estudios dietéticos así como las diferencias globales que hay en dicho hábitos.

Comer de forma inconsistente podría afectar a nuestro reloj biológico o ‘ritmos cardíacos’, que normalmente cumplen un ciclo de 24 horas. Muchos procesos metabólicos del organismo siguen patrones circadianos como el apetito, la digestión o el metabolismo de la grasa, el colesterol y la glucosa. La ingesta de alimentos puede influenciar nuestros relojes internos, particularmente a órganos como el hígado y el intestino, en tanto que nuestro reloj central también está regulado por los ciclos de luz-oscuridad que en cambio afectan a la ingesta de comida. La crono-nutrición supone estudiar el impacto de la nutrición en los procesos metabólicos y cómo estos podrían estar influenciados también por los ciclos circadianos a través de la ingesta irregular de nutrientes y su frecuencia.

Mitos y realidades
Varios estudios han demostrado que los trabajadores por turnos tienen un riesgo más alto de padecer diversas patologías tales como cáncer, enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico. Para los trabajadores por turnos, los cambios en los patrones de la dieta son, por lo tanto, un aspecto importante a considerar cuando investigamos sus efectos en la salud.

Comer poco pero frecuentemente para regular el apetito y el peso es una idea que ha sido adoptada por muchas dietas de moda, aunque algunos estudios han demostrado que comer tantas veces al día está relacionado con la obesidad. En cualquier caso, sin una ingesta reducida de calorías, comer menos tampoco tiene mejores efectos sobre la salud.

Además, cuando estudiamos el impacto de los patrones alimenticios irregulares, también es importante considerar lo que come la gente; algunos estudios han descubierto una relación entre cómo de regularmente comemos y lo que decidimos comer, por ejemplo, elecciones más pobres ligadas a saltarse el desayuno.

Junto al impacto del qué y cuándo comemos, también deberíamos tener en cuenta el ‘con quién comemos’, aseguran los autores, apuntando a la evidencia de que comer regularmente con la familia contribuye a tener unos hábitos alimenticios más sanos en niños y adolescentes.

Diferencias regionales
A nivel global, los patrones alimenticios varían considerablemente de acuerdo a los estudios revisados por los autores. El hecho de que el almuerzo es la comida más importante del día es característico de Francia y la región mediterránea, y refleja la creencia en la importancia del placer de comer acompañados.

Comer en familia ayuda a tener hábitos más saludables.

Comer en familia ayuda a tener hábitos más saludables.

Consecuentemente, los franceses tienden a comer en familia más regularmente y a seguir un patrón de tres comidas al día. Por el contrario, en el centro de Inglaterra, lo son factores como las preferencias individuales y la conveniencia de la elección de las comidas, lo que se traduce en un mayor consumo de comida preparada y para llevar, más comidas saltadas y densidad de calorías en snacks como las patatas fritas.[:]

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