Nuestra propuesta para el éxito: el tratamiento integral
Llegamos a la obesidad como resultado de distintas causas que operan conjuntamente: una genética que nos predispone, una dieta hipercalórica, el escaso ejercicio físico, etc.
Y el resultado es que año tras año acumulamos exceso de grasa hasta llegar a la obesidad mórbida.
Y entonces comienzan los graves problemas de salud: diabetes, hipertensión, apnea del sueño, etc.
Llegados a este punto las dietas no ofrecen resultado y muchas veces tras largos periodos de ayuno y sacrificios, esos kilos reaparecen y con frecuencia engordamos más de lo que habíamos perdido.
La sensación de fracaso entonces se mezcla con la ansiedad y el sentimiento de culpa. Nos auto culpabilizamos de nuestra falta de voluntad y del fracaso. Y caemos en un circuito vicioso: más ansiedad, más atracones, más kilos.
Y asi va empeorando nuestra salud.
Pero un día recurrimos a un especialista y nos apunta que la solución está en el tratamiento quirúrgico.
Muchos pacientes afrontan con ilusión esta oportunidad de mejorar su salud, pero también con mucho temor.
Temor a las complicaciones de la cirugía y temor al después: a no saber en qué medida cambiará su vida y su cuerpo.
Les preocupan las posibles consecuencias: vómitos, diarreas, desnutrición, a no poder llevar una vida normal, a no poder comer, etc.
El cirujano explica a al paciente que:
– Las consecuencias existen pero son mucho menos graves que el estar obeso.
-Con un buen control no habrá problemas.
Pero lo cierto es que tras la cirugía comienza una nueva vida y es entonces cuando el paciente valorará al equipo de profesionales en el que ha depositado su confianza: un estrecho seguimiento por parte del cirujano y del endocrino unido por una parte al apoyo psicológico y por otra a un programa de ejercicio físico son los pilares básicos sobre los que se sustenta este tratamiento y que hace que en todo momento el paciente se sienta orientado.
El apoyo psicológico es muchas veces pieza clave para reconducir los hábitos de paciente, para enseñarle a controlar la ansiedad y mejorar su autoestima.
Unido a esto, un programa de ejercicio físico desarrollado por un entrenador personal ayudará a los pacientes a fortalecerse y mejorará notablemente los resultados.
Es un camino largo, una nueva vida y es en estos momentos sobre todo en los primeros meses tras la intervención cuando el paciente precisa del apoyo de un equipo que le va a orientar y le va a dar confianza. Sólo así el camino será más fácil y los resultados serán un éxito.