En el blog de Cirugía Laparoscópica de Adelgazamiento insistimos siempre en que la obesidad produce enfermedades cardiacas, diabetes o incrementa el riesgo de cáncer. En esta entrada vamos a hablar de un término que puede que desconozcas: la obesidad oculta.
La forma normal de medir si una persona tiene un peso saludable es el índice de masa corporal, relación entre la estatura y el peso. La cuestión es que esta fórmula no siempre ayuda a saber si alguien va a tener problemas de salud vinculados al sobrepeso. Por eso, el mejor indicador es el exceso de grasa. Varios estudios revelan que muchas personas que se consideran delgadas o con un poco de sobrepeso, tienen en realidad un porcentaje de grasa elevado. A esto se suman niveles de presión arterial, insulina o inflamación típicos de alguien con obesidad.
Por eso, muchos especialistas defienden que se cambie la definición de la obesidad y no se centre solo en el peso corporal, sino en la grasa. Para saber si hay un exceso de grasa se mide la circunferencia de la cintura. Si es mayor que la mitad de la altura será indicativo de que hay que bajar de peso. De todos modos, en Cirugía Laparoscópica de Adelgazamiento recordamos que medir con exactitud los niveles de grasa corporal necesita de métodos tecnológicamente más avanzados como la absorciometría con rayos X de doble energía.
Se han publicado muchos estudios en este sentido. En 2013, un equipo de la Universidad de Navarra, con una muestra de 6.000 personas, llegó a la conclusión de que hasta un 29% de las personas delgadas en función de su IMC eran en realidad obesas atendiendo a su cantidad de grasa. También se concluyó que el 80% de las personas que, según su IMC, tendrían sobrepeso estarían en realidad obesas. Según este estudio, una persona tiene una composición de grasa corporal normal si presenta un índice por debajo del 20% en hombres y del 30% en mujeres. Tiene sobrepeso si el valor de su ecuación se sitúa entre un 20 y un 25% en varones y entre un 30 y un 35% en mujeres y hablamos ya de obesidad en los hombres con un índice por encima del 25% y en las mujeres con más del 35% de composición de grasa corporal.
