Cirugía de reducción de estómago: ¿qué riesgos comporta?

20 abril 2023

reducción de estómago

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Sí, la reducción de estómago conlleva múltiples beneficios, pero se trata de una intervención quirúrgica no exenta de riesgos. ¿Cuáles son y de qué dependen estos riesgos? ¡Te lo contamos!

Factores que pueden comprometer la seguridad de la intervención

Tan solo en un 1% de los casos, la reducción de estómago puede suponer un riesgo para la vida del paciente, por ejemplo, cuando la persona que se va a someter al tratamiento tiene enfermedades graves añadidas. Fuera de este caso,los riesgos van a estar directamente relacionados con la experiencia, conocimientos y destreza del cirujano. 

¿Qué otras complicaciones podemos encontrarnos? Lógicamente, las derivadas de cualquier intervención quirúrgica y el empleo de anestesia general, como puede ser el sangrado, una infección, reacciones alérgicas a ciertas medicinas, etc. 

Complicaciones postoperatorias

En cuanto a las complicaciones postoperatorias tras una reducción de estómago, se han dado casos de gastritis o vómitos por comer más de lo que puede albergar el nuevo estómago, o ciertas lesiones en el aparato digestivo como consecuencia de la cirugía. 

Medidas para asegurar una intervención segura 

Para evitar la aparición de estas complicaciones, ¡insistimos!: la destreza del cirujano es parte fundamental del procedimiento. 

Además, el paciente debe seguir hospitalizado de 1 a 4 días (esta determinación va a depender de la complejidad del procedimiento aplicado). Será durante este ingreso hospitalario cuando el personal sanitario realice una serie de comprobaciones postoperatorias, por ejemplo, pidiéndole al paciente que se siente al borde de la cama e intente andar un poco el mismo día de la operación, para asegurarse de que su cuerpo responde correctamente al tratamiento. 

En algunos casos, también puede ser necesario que el paciente lleve un catéter (sonda), al menos, entre 24 y 48 horas después de la cirugía, para drenar  los líquidos del intestino.

Además, se requerirá una modificación en los hábitos alimenticios, ya que se van a presentar deficiencias en la absorción de algunos nutrientes y vitaminas. Para controlar esta situación, el paciente ha de someterse a una supervisión médica periódica exhaustiva. 

Alimentación: la clave para una recuperación segura 

Por último, recordamos que para reducir al mínimo las posibilidades de que se produzca alguna de las complicaciones derivadas de la cirugía de reducción de estómago, hay que prestar especial atención a la alimentación tras la intervención. 

Y es que a lo largo de los primeros tres días, el paciente no podrá ingerir comida, siendo a partir de las 72 horas cuando pueda empezar a tomar alimentos blandos en forma de purés y otros líquidos. Progresivamente, se irán añadiendo alimentos y se seguirá una dieta rigurosa para afianzar los beneficios de la reducción de estómago.
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