La cirugía laparoscópica es una técnica quirúrgica en la que se introducen trócares, que son tubos cortos y delgados, en el abdomen. Mediante pequeñas incisiones se insertan instrumentos a través de estos trócares, tubos largos y muy finos que el cirujano utiliza para manipular, cortar y coser tejidos. Y si bien es cierto que tradicionalmente esta técnica se usaba para la cirugía ginecológica y de vesícula biliar, en los últimos 10 años se ha ampliado, incluyendo también la cirugía intestinal.
Entonces, ¿en qué casos se recomienda la cirugía laparoscópica y en qué situaciones es imprescindible? En las siguientes líneas detallamos las claves más importantes.
¿De qué se ocupa la cirugía laparoscópica?
Se cuentan por decenas los problemas que pueden eliminarse con la técnica laparoscópica. Según la Sociedad Americana de Cirugía de Colon y Recto, la mayoría de las cirugías intestinales se llevan a cabo en casos como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la diverticulitis, el cáncer, el prolapso rectal o el estreñimiento grave.
¿Cuándo es indispensable la cirugía laparoscópica?
La hernia de hiato, la extirpación de la vesícula biliar, de bazo o de apéndice, así como las cirugías antirreflujo (que evitan que el alimento o el ácido gástrico se devuelva desde el estómago hacia el esófago), son de indicación absoluta.
Pacientes aptos para una cirugía laparoscópica
También es indispensable este tipo de intervención para pacientes que requieren cirugía bariátrica. Eso sí, para ser aptos, deben padecer obesidad mórbida (es decir, aquellos cuyo exceso de peso se sitúe en 45 kilos aproximadamente).
Además, estos pacientes han de haber intentado tratar su obesidad mediante otros procedimientos no quirúrgicos o presentar complicaciones que hagan necesaria una intervención laparoscópica. Por tanto, diabéticos, así como personas con alto colesterol o hipertensión arterial son aptos.
Cirugías individualizadas
En cambio, otras intervenciones en las que la cirugía puede ser efectiva pero ha de individualizarse según el caso y la localización, son, por ejemplo, la cirugía rectal, la hepatectomía, la cirugía pancreática distal o las hernias.