¿Qué es el síndrome de dumping?

03 enero 2022

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El Síndrome de Dumping, también conocido como Síndrome de Vaciamiento Rápido, es una complicación postoperatoria que afecta a quienes se someten a una cirugía bariátrica de adelgazamiento. En este punto, desde nuestra consulta, los pacientes nos plantean frecuentemente las siguientes dudas: ¿por qué se produce? ¿Es grave? ¿Qué posibilidades tengo de que me ocurra? Por ello, en las siguientes líneas ofrecemos un avance con todas las respuestas.  

Síndrome de dumping, ¿por qué se produce?

Cuando el paciente que se acaba de someter a una cirugía bariátrica ingiere alimentos, puede ocurrir que estos pasen demasiado rápido del estómago al intestino sin pasar por el duodeno. Generalmente, este proceso se ve favorecido cuando se consumen hidratos de carbono y alimentos ricos en azúcar. 

¿Cómo se manifiesta?

Además, el paciente puede sufrir tanto Dumping precoz, que sucede tras unos minutos de haber comido; o tardío, manifestándose tras dos o tres horas de ingesta del alimento. 

En el primer caso, los síntomas aparecen en forma de náuseas, vómitos, diarrea, distensión abdominal, sudoración, debilidad, palpitaciones, mareos y enrojecimiento facial. En cambio, cuando el Dumping es tardío, los síntomas se manifiestan con cuadros de hipoglucemia, debilidad o taquicardia

¿Qué posibilidades tengo de que me ocurra?

Pese a que la incidencia en general de los síndromes tras una gastrectomía es relativamente baja (20%), casi todos los pacientes presentan alguna manifestación de Dumping tras una intervención de estas características. 

No obstante, ¡que no cunda el pánico! Apenas un 1-5% acaba necesitando atención médica. Además, si la intervención consiste en una gastrectomía vertical, las posibilidades de sufrir el Síndrome de Dumping son prácticamente nulas. 

¿Tiene tratamiento?

El tratamiento para el Síndrome de Dumping no es ni más (ni menos) que la modificación de los hábitos alimenticios. En este sentido, no beber líquidos durante las comidas, comer despacio o limitar el consumo de hidratos y azúcares son algunas de las pautas a seguir. 

En caso de no presentar mejoría, puedes recurrir a los fármacos, eso sí, siempre bajo prescripción médica. 

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